¿Qué significado tiene el oso en la Biblia? Para los antiguos el oso es símbolo de la resurrección. Esta criatura se pasa mucho tiempo durmiendo y los latidos de su corazón se reducen casi a cero.
¿Qué significa espiritualmente el oso?
Fortaleza, fuerza y valentía – Algo común en todas las culturas, no solo las antiguas, sino también las que existen hoy en día, es la asociación a la imagen del oso con la fortaleza y la fuerza. Este animal se caracteriza por transmitir respeto e incluso miedo, ya que debido tanto a su tamaño como a su capacidad de lucha, transmite una fortaleza inquebrantable y una capacidad de fuerza y supervivencia más allá de lo normal, incluso en aquellas situaciones, como ocurre muchas veces, en las que se encuentra solo y tiene que pelear por sí mismo para conseguir su comida y por sobrevivir.
¿Qué dice la Biblia de los osos?
Los osos de la Biblia
David le respondió: ‘Sí, yo soy el pastor de las ovejas de mi padre, pero cuando un león o un oso viene a llevarse algún cordero del rebaño, yo salgo tras el león o el oso, y lo hiero y lo libro de sus fauces. Si el animal me ataca, con mis manos lo agarro por las quijadas, y lo hiero hasta matarlo. No importa si es un león o un oso, tu siervo los mata. Y este filisteo incircunciso es para mí como uno de esos animales,
porque ha provocado al ejército del Dios vivo’. (1 S.17:34-36) El oso que se cita en la Biblia corresponde a la subespecie Ursus arctos syriacus, que antiguamente habitaba en Tierra Santa hasta su extinción en 1917. El reverendo Henry B. Tristram, explorador y naturalista inglés del siglo XIX, explica en su ‘Historia Natural de la Biblia’ que, en cierta ocasión, vio al oso pardo sirio al sur del monte Hermón, en un escarpado barranco próximo al lago de Genesaret, y que los agricultores de la zona le contaron que algunos ejemplares bajaban frecuentemente del monte para alimentarse en sus cultivos, con el consiguiente destrozo de los mismos.
- No obstante, en la actualidad, al haberse reducido su hábitat natural, ya que los bosques han sido talados por los humanos y los ejemplares cazados durante siglos, únicamente se le encuentra en algunas regiones montañosas abiertas, desde Kazajstán y Turquía a Irak e Irán,
- Es muy parecido al oso pardo europeo, del que solo difiere por su tamaño algo más pequeño y por el color más blanquecino de su pelaje.
A pesar de su apariencia torpe, es ágil y rápido ya que puede nadar, trepar y correr hasta alcanzar los 40 km/h. Se trata de un animal omnívoro que se nutre de cualquier tipo de alimento, incluida la carne, la hierba y los frutos. En hebreo, oso es dob, דּוֹב; en árabe, dub; en persa, deeb y en griego, arktos, ἄρκτος. El oso pardo sirio mencionado en la Biblia se extinguió en Israel en 1917, y hoy sólo puede verse en el zoo de Jerusalén. Aunque todavía existe en libertad en ciertas regiones desérticas, desde Kazajstán y Turquía hasta Irak e Irán. / Antonio Cruz. La Escritura indica que el oso era relativamente frecuente en Israel durante la época del Antiguo Testamento,
El pueblo lo temía debido a su agresividad, su poderosa musculatura, así como a la fuerza y peligrosidad de sus zarpazos. Eventualmente, algún oso solitario o alguna hembra con sus crías salían de los bosques y se aproximaban a los campos humanos en busca de hortalizas frescas o de animales domésticos fáciles de capturar.
Lógicamente esto preocupaba a los agricultores y ganaderos por lo que, en ocasiones, había enfrentamientos. Pero tales desafíos entrañaban sus riesgos y era menester tener valor para hacerlo, tal como explica el joven David en el texto superior (1 S.17:34-36).
Los osos habitualmente evitan el contacto con los humanos pero, si se les molesta, tienen hambre o se les quitan los oseznos, se vuelven muy peligrosos (Is.11:7; Am.5:19; 2 S.17:8; Pr.17:12; 28:15; Os.13:8). Incluso, en ocasiones, cuando están enfurecidos, pueden hacer numerosas víctimas y no precisamente para alimentarse de ellas, como ocurrió cerca de Bethel, lugar en el que dos osos salieron del bosque y despedazaron a cuarenta y dos muchachos que se burlaron de Eliseo (2 R.2:23-24).
También en la visión de las cuatro bestias del libro de Daniel, el oso figura como un carnívoro devorador que simboliza el poder de Media y Persia (Dn.7:5). Por último, el libro de Apocalipsis se refiere también a los pies del oso, como una de las características de la monstruosa bestia simbólica que subía del mar (Ap.13:1-2). Detalle de las uñas del oso pardo sirio. Puede apreciarse que las de las patas traseras son poco desarrolladas pero las de las delanteras son largas y afiladas, lo que las convierte en poderosas armas para cazar. / Antonio Cruz. La mayoría de las especies de osos del hemisferio norte hibernan en el invierno, es decir que pasan los meses fríos en un estado de sueño en el que la temperatura corporal baja y así también el ritmo cardíaco, lo que les permite pasar los tiempos difíciles en los que no hay alimentos, en un estado en el que gastan muy poca energía.
- Durante la hibernación no se despiertan, no comen, no beben, ni defecan.
- Viven de las grasas que han acumulado durante la temporada cálida.
- La famosa historia de David, el joven pastor que se atrevió a enfrentarse a Goliat, el enorme hombre de guerra filisteo, ha representado desde siempre la valentía y el arrojo fundamentados en la fe en Dios y en la confianza propia (1 S.17).
Un modesto pastor de ovejas se muestra más valiente que todo el ejército israelita formado por hombres de guerra experimentados. Hasta cierto punto, era lógico que Saúl dudase que aquel joven desconocido pudiera vencer al gigantón filisteo. ¿Acaso no podría tratarse solo de arrogancia e inconsciencia adolescente? No obstante, David insiste en su experiencia personal y afirma que de la misma manera que Dios le había librado de leones y osos, en varias ocasiones, también ahora le libraría de Goliat.
¿Qué significa la portada de la Biblia del oso?
En la interpretación de Nieto, el árbol del emblema de La Biblia del Oso represen- taría la Iglesia de Roma que oculta, aprisio- na, confisca en su seno, la palabra de Dios simbolizada por la miel.
¿Cuál es la personalidad de un oso?
Comportamiento – Los osos son solitarios, a excepción de cuando las hembras están en celo. En ese momento sus prioridades cambian y buscan la mejor hembra para aparearse. Después de la primera camada, se tardarán tres años en poder ver otra, y en cada una nacerá un máximo de tres crías, lo cual no favores al desarrollo de la raza.
- No se atan a ninguna hembra, son polígamos, así que es posible que en una misma época de celo de las hembras se aparee con varias.
- Una vez que lo han hecho, pueden permanecer cerca de la hembra el tiempo del embarazo, pero luego volverá a su soledad e independencia, cualidades que lo caracterizan.
- Cuando llegan las crías, suelen pesar medio kilo, nacer sin dientes y sin poder ver.
No saldrán de la cueva hasta que no estén repletas de pelo por completo, pues es un factor vital para protegerse de muchos peligros externos.
¿Qué mensaje deja la historia de un oso?
Historia de un Oso, la verdadera historia – La animación está inspirada en un Oso real (el abuelo de Gabriel OSOrio), el cual fue exiliado durante el gobierno militar chileno de la década de los 70. En abuelo de Gabriel estuvo encarcelado por 2 años, para luego ser forzado a vivir en el exilio en Inglaterra lejos de su familia, historia que inspiró al cortometraje.
El cortometraje que no cuenta con diálogo, muestra la vida del oso que quiere volver con su familia. El cortometraje muestra un mensaje poderoso, de una historia que ningún chileno quiere volver a repetir, días tristes de nuestra historia reciente. El cortometraje fue mostrado por primera vez en el festival de animación de Annecy el aó 2014 y luego de ganar mas de 50 premios en diversos festivales de animación se ganó la nominación a los premios de la academia.
La historia que mezcla animación en 2D y 3D nos cuenta en 10 minutos una historia que conmueve y que a nadie deja indiferente. El mensaje llega no sólo a los chilenos, sino que es capaz de generar emociones a todo el mundo, nadie puede ser indiferente a las emociones que genera el hecho de imaginar estar lejos de la familia y recordarlos día a día.
- ¿Que tan importante es para nosotros la familia? Para muchos de nosotros la familia es lo que nos mueve día a día, lo que nos pone los pies en la tierra, lo que nos da energía para levantarnos por la mañana para salir a trabajar y lo que nos llena de alegría cuando llegamos a casa.
- Si bien el cortometraje muestra una historia triste, detrás de todo eso está el amor, la familia y los recuerdos que nunca nos abandonan.
El verdadero mensaje detrás del cortometraje Historia de un Oso no es el exilio, la nostalgia ni la tristeza. El verdadero mensaje es el amor por la familia y los seres queridos, que nos acompañan siempre, aunque físicamente estén lejos. Papá Oso
¿Quién es el pecado del oso?
Personalidad – Cuando apareció por primera vez, él demuestra ser un aliado de los Caballeros Sagrados y que está dispuesto a borrar a cualquiera que se pusiera en su camino. Puesto que él es el pecado de la pereza, es algo perezoso, como se muestra al preferir levitar que caminar en la mayoría de las ocasiones.
- En el pasado, él ha demostrado ser una persona amable y tierna que regresó los animales de peluche robados por Ban a los niños.
- Por otra parte, parece que él es una persona muy emocional que llora con facilidad.
- Ing tiene problemas para admitir su afecto por Diane, y a pesar de que en realidad disfruta estar junto con Meliodas y Diane, no se atrevía a revelarlo.
También se preocupa profundamente por su hermana, Elaine, como se muestra cuando él estaba dispuesto a tomar venganza de su muerte de su ‘asesinato’ por Ban, King también ha demostrado tener un lado cariñoso. Él decidió ayudar a los Siete Pecados Capitales en su batalla contra los Caballeros Sagrados, aunque, según él no era más que por Diane,
A pesar de ser el pecado de la pereza, también se ha demostrado que trabaja duro y seriamente en ocasiones. Cuando King se unió al grupo, comenzó a actuar como el único miembro cuerdo del grupo y cuestionaba las acciones erráticas e irracionales de sus compañeros de equipo, como su despreocupación por la pérdida de sus Tesoros Sagrados,
Por otra parte, cuando él se ve obligado hacer algo que no le gusta, puede ser motivado con facilidad si eso hará feliz a Diane. A pesar del tipo de personalidad de King, él no está en contra de matar a alguien si se lo lleva a más allá de sus límites.
Él estuvo dispuesto a matar a Guila y Jericho si continuaban atacándolo, aunque al final no debido a que Helbram las salvó a las dos. Tiende a ser muy tímido con Diane, ya que todavía se vuelve tímido cuando él la conoció después de diez años y rápidamente abandonó el lugar donde estaba luchando contra Ban,
Generalmente, termina teniendo un sangrado abundante por la nariz cada vez que Diane hace o dice algo erótico. Elaine señala que King se vuelve mucho más poderoso y serio cuando sus seres queridos están heridos.
¿Quién es el oso en el Apocalipsis?
2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies eran como de oso, y su boca, como boca de león. Y el a dragón le dio su b poder, y su trono y gran autoridad.3 Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue curada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.
¿Qué dice Proverbios 17?
Proverbios 17. El que se alegra de la calamidad será castigado — El amigo ama en todo tiempo — Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio.1 Mejor es un bocado seco y en paz que casa de contiendas llena de provisiones.
¿Donde dice que David mató a un oso?
1 Samuel 17:34-37 Pero David insistió: —He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. | Nueva Traducción Viviente (NTV) | Descargue La Biblia App ahora Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : 1 Samuel 17:34-37 Pero David insistió: —He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. | Nueva Traducción Viviente (NTV) | Descargue La Biblia App ahora
¿Dónde se presentó la Biblia del oso?
Biblia del oso | |
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Traductor | Casiodoro de Reina |
Idioma | Castellano |
Ciudad | Basilea |
País | Suiza |
¿Cuándo se hizo la Biblia del oso?
Doce años estuvo trabajando en la Biblia del Oso que se imprimió el 28 de septiembre de 1569. Se imprimieron 2.600 ejemplares.
¿Qué tiene que ver el león con Dios?
Leones de Judá e Israel custodiando el Sanctasanctórum, Vidrio judeorromano con lámina de oro, siglo II, El León de Judá es el símbolo de la tribu de Judá y tiene su referente en el Libro del Génesis, en la Biblia, Según la tradición hebrea, provenientes de esta tribu eran los ancestros de David, segundo monarca del reino unido de Judá e Israel,
¿Por qué el león representa a Jesús?
Así, tanto para la tradición judía como para la cristiana, el León de Judá representa la figura del Mesías y, específicamente la religión Cristiana, utiliza el León de Judá para representar a Jesús de Nazaret.
¿Qué significa el oso para los celtas?
NOTAS CRÍTICAS Pastoreau, Michel, El oso. Historia de un rey destronado, Barcelona, Paidós, 2008, 385 pp. Michel Pastoreau es conocido por sus estudios en historia simbólica medieval. En esta oportunidad vuelve a interesarse por el animal en tanto símbolo movilizador de hechos culturales, que aquí se constituye en objeto central de su estudio.
- Editado en español por Paidós a principios de 2008 (la edición francesa original es un año anterior), El oso.
- Historia de un rey destronado está organizado en tres partes en torno al desarrollo cronológico de la temática; copiosamente anotado, cuenta con apartados que citan los documentos escritos e iconográficos utilizados y con un índice analítico.
La introducción presenta el tópico y lo contextualiza en la Europa medieval germana, escandinava y eslava, donde la Iglesia se enfrentó al rey de los animales y logró destronarlo luego de un largo proceso a favor de un animal exótico o, mejor dicho, no autóctono: el león.
La aclaración es válida, puesto que Pastoreau sostiene que la categoría de ‘exótico’ no es adecuada aquí, dada la familiaridad del hombre medieval con su imagen. Luego recorre las preocupaciones de los investigadores por el mundo animal, que juzga casi inexistentes en el ámbito de la historia. Propone hacer un estudio diacrónico que sea a la vez transdocumental y transdisciplinario, a partir del cual desarrollará las cuestiones planteadas en la introducción.
‘El oso venerado. Del Paleolítico a la época feudal’ es el título de la primera parte, que consta de tres capítulos. El primero -llamado ‘¿El primer Dios?’- rastrea la polémica sobre la existencia de un culto prehistórico del oso. Comienza estableciendo diferencias entre el oso de las cavernas y el oso pardo -su objeto de estudio- y describe su presencia en el arte y el mobiliario encontrados en las cuevas.
Frente a las teorías que intentan interpretar el significado del arte rupestre (la teoría del placer estético, la que lo liga a los rituales de caza, las teorías ‘estructuralistas’ y la que lo relaciona con rituales chamánicos), el autor descarta una interpretación global y unívoca, al menos para la época paleolítica.
Con respecto a los cráneos y osamentas, plantea los problemas de datación, emplazamiento y disposición. Llega a la conclusión de que el oso era visto como un ser aparte, un ser intermedio entre los animales y los dioses, si bien estima abusivo sostener la existencia de intenciones mágicas o religiosas.
- En la Antigüedad el oso se presenta muchas veces como atributo de algunas divinidades (por ejemplo Artemisa, quien lleva en su nombre la raíz indoeuropea art-, que designa a este animal).
- Esto ocurre especialmente cuando las cavernas tienen un papel importante en los mitos.
- Son tres los temas mitológicos principales en que el oso se ve asociado al ser humano: la metamorfosis, la osa maternal que protege a una cría humana y el amor entre una mujer y un oso macho.
A ellos dedicará la atención en las siguientes páginas. ‘El rey de los animales’ explica cómo la bestia en cuestión es elegida para ocupar el trono en el reino animal en casi todas las culturas de acuerdo con el criterio de invencibilidad. Solamente cuatro animales tienen este honor en todo el mundo, a saber, el león, el águila, el elefante y el oso.
- El último fue destronado por el primero en tiempos medievales, demostrándose que ‘ la historia cultural acaba siempre por imponerse a la historia natural’ (p.54).
- A este asunto regresa Pastoreau más adelante, debido a que primeramente debe poner en claro el papel del oso en la cultura europea antes de aquella imposición de un animal no autóctono.
Entre las características físicas que lo convirtieron en una fiera inquietante destaca el hecho de ser zurdo -signo leído como maligno- y su pelaje. Si bien para griegos y romanos el trono estaba ocupado por el león o el elefante, para los germanos el oso encarnaba el animal totémico por excelencia y vencerlo en una lucha constituía para los guerreros un ritual iniciático, así como también buscaban éstos impregnarse de su fuerza bebiendo su sangre o bañándose en ella, comiendo su carne y hasta disfrazándose con su piel -todas acciones prohibidas por la Iglesia cristiana-.
- Existen otras prácticas que unían al guerrero con el oso, como llevar armas, armaduras o enseñas con su imagen, así como portar colmillos o garras de oso a modo de talismán.
- Igualmente la antroponimia manifiesta esa ósmosis.
- Aquí Pastoreau transita diversas relaciones para el vocablo ‘oso’ en las lenguas germánicas, que implicarían la fuerza y la violencia de su nombre, el lazo con el jabalí -otro animal detestado por el clero cristiano- y con las palabras que designan al señor o guerrero y el color pardo.
Resulta relevante el análisis del autor acerca del nombre del animal en correspondencia con su preeminencia entre los pueblos cazadores del norte de Europa y los tabúes que se desprenden de este hecho: en las lenguas germánicas se lo designa por su pelaje, en las lenguas eslavas y bálticas por su apego a la miel, entre los lapones por términos o frases que se refieren a los antepasados, al bosque, al invierno, mientras que en Siberia y América también se suman a estos últimos los que implican una conexión con la miel y con sus miembros inferiores.
Los celtas, por su parte, se referían a su virilidad y benevolencia, quizás porque para esa cultura el oso no es tanto un guerrero como un señor o rey, lo que queda de manifiesto en la leyenda del rey Arturo, cuya muerte se produce durante la primera mitad de noviembre coincidiendo con las fiestas en honor de la pronta hibernación; de hecho, en las narraciones literarias su muerte se transforma en un período de ‘hibernación’ y curación.
El oso, de todas maneras, fue un atributo de todos los reyes, fue la presa por excelencia de la caza hasta los siglos XII y XIII, cuando la campaña de desprestigio que sufrió por parte de la Iglesia hizo que la caza noble se dirigiera al ciervo. A la vez, el poder real o principesco fue exhibido hasta entonces en casas de fieras que contenían, entre sus ejemplares, un oso -regalo habitual entre reyes-.
El capítulo ‘El pariente del hombre’ discurre sobre el oso en tanto fue uno de los tres animales (junto con el cerdo y el mono) que los europeos consideraron como ligados al hombre por semejanza -dado su aspecto antropomorfo y su comportamiento físico-, proximidad o parentesco. Así, los bestiarios medievales afirmaban que los osos copulaban como los humanos; la lujuria del macho lo convertía en aficionado a las mujeres jóvenes, a quienes raptaba y de cuya unión nacían seres medio hombres y medio osos, a pesar de que se consideraba el apareamiento entre un hombre y un animal generalmente como infértil.
No obstante, los osos como antepasados de familias reales o prestigiosas no sólo fueron usuales en Dinamarca sino que también estuvieron presentes en Suecia, Noruega y hasta en Italia. Según el autor, esto fue posible -pese a la condena eclesiástica de todo aquello que confundiera al hombre con el animal- porque existía una corriente aristotélica de comunidad de los seres vivos y también una cierta tradición cristiana paulina en el mismo sentido.
La segunda parte se denomina ‘La guerra contra el oso. De Carlomagno a San Luis’. La temática gira en torno al temor de la Iglesia hacia el oso y la campaña que impulsó para desentronarlo a favor del león, demonizándolo y ridiculizándolo. El temor que redundó en este proceso se debía no sólo al peligro físico real que el oso representaba sino también a su parecido con el hombre y a su papel central en las costumbres y supersticiones que la Iglesia intentó erradicar durante siglos.
Los medios para llevarlo a cabo fueron varios, desde la eliminación física hasta la demonización, pasando por la domesticación y la humillación. La hagiografía hizo lo suyo al relatar historias en las que esta criatura era vencida, humillada o domada por un santo -tal el caso de san Columbano que, en la alta Edad Media, se convirtió en el topos del monje que doma a un oso y logra hacerlo su compañero-.
- De tal modo, la hagiografía y la iconografía con sus santos milagrosos domesticaron el oso, forzado a trabajar, a llevar equipajes, a tirar del arado, a ser pastor o a contribuir en la fundación de una iglesia o monasterio.
- En definitiva, su debilitamiento se debió al poder de los santos pero también contribuyó la cristianización del calendario, puesto que la Iglesia supo colocar o crear fiestas de santos ursinos (santos con sus atributos o santos que los domaron) en fechas en que se desarrollaban rituales vinculados con el oso y la llegada del invierno.
Éstos eran más cuantiosos en los momentos cercanos a su hibernación (septiembre, mediados de noviembre) o cuando despertaba y retornaba la luz (finales de enero y principios de febrero); se destacan el día de san Martín (once de noviembre) y la Candelaria (dos de febrero).
Otra de las facetas de esta lucha es la ya mencionada demonización, estudiada en ‘El oso y el Diablo’, que transita por los documentos y pensadores que hicieron del oso una encarnación de los vicios y del Mal: sobresalen Plinio el Viejo -por forjar su simbolismo negativo- y san Agustín -que atacó tanto al oso como al león-.
El Padre de la Iglesia formuló una frase que se repetiría constantemente en época carolingia: ursus est diabolus, Se creía que, en muchas oportunidades, el Diablo adoptaba esa forma para engañar a los hombres y mujeres o para atormentar a los monjes en sus sueños.
Los atributos físicos compartidos entre ambos facilitarían la metamorfosis. El autor se detiene particularmente en el color pardo (mezcla de negro y rojo, que une los aspectos negativos de ambos, tales como pecado, oscuridad, muerte, cólera, violencia, lujuria) y en la piel velluda (signo de temperamento grosero, impuro, bestial), elementos que juegan a favor de la condena del ursum facere o ‘hacer el oso’, es decir, disfrazarse como aquél.
En ‘La entronización del león’ el foco pasa a este animal, considerado como más controlable por su pertenencia a la tradición escrita y por su ausencia de los bosques europeos aunque depositario de un significado ambivalente. Sus aspectos negativos se relacionan con su violencia y ferocidad, mientras que los positivos (la justicia y la generosidad) lo convierten en una figura cristológica.
Esta ambivalencia fue saldada a principios del siglo XII con la separación establecida entre el león y el leopardo (hijo de la leona y el pardus ), que se manifestó inclusive en los escudos de armas en la segunda mitad del siglo XII (más tardíamente en las zonas germánicas donde el oso y el jabalí permanecieron unos decenios más): el león, estereotipo del caballero cristiano, se opone al dragón o leopardo del pagano.
El oso en la heráldica generalmente designa tan sólo el nombre del propietario del blasón, es ‘parlante’; nació tardíamente como para que su peso fuera más relevante. La devaluación del oso en el siglo XII frente al león puede observarse también en las representaciones del arca de Noé, en las casas de fieras (allí pasó a ser una banalidad, mientras que su competidor fue la nueva estrella) y en la narrativa, que desde entonces relató los enfrentamientos de los jóvenes guerreros con leones o dragones.
Pastoreau subraya que la teología cristiana enfrentó de este modo a dos animales que, por su distribución geográfica e imaginaria, no se habían encontrado hasta entonces. La última parte lleva el título de ‘El oso destronado. Del final de la Edad Media a la época contemporánea’, conformada por cuatro capítulos.
El primero, ‘Un animal humillado’ se centra en las diversas formas en que esa humillación se manifestó alentando el desprestigio del oso, que hacia principios del siglo XIII ya no es el rey de los animales sino uno más, domesticado, bobo, inofensivo y grosero.
Algunos apartados están dedicados al Roman de Renart, un texto culto que reúne un bestiario de animales domésticos, salvajes, autóctonos y exóticos -categorías que no coinciden exactamente con las actuales-, que constituyen arquetipos sociales, alegóricos y morales o incluso hombres disfrazados. En el Roman el león es el rey (además de ser una de las pocas criaturas no locales), mientras que el oso es una ‘acumulación de vicios y defectos’: es glotón, ingenuo, miedoso, tonto, rencoroso, ridículo.
Su humillación incluye en la primera rama del Roman su desollamiento y,en la novena, su degollamiento. Fuera de los textos, la degradación fue sufrida en manos de los exhibidores de osos que acompañaban a juglares y titiriteros en los espectáculos itinerantes; en la escultura del siglo XII, el oso es un animal de circo.
Por otro lado, Pastoreau comenta que el desprestigio del oso por su peso y corpulencia (características que lo hacen torpe y tonto) se vio acentuado por los nuevos valores acerca de la obesidad a fines del siglo XII y principios del XIII, que la consideraban un pecado. A continuación, una serie de apartados analizan el tópico de los vicios y pecados asociados al oso.
Se parte de establecer la diferencia entre ambos conceptos (el vicio entendido como una falta que tiene su origen en la naturaleza del individuo y el pecado como resultado de un movimiento libre y voluntario contra Dios) para estudiar luego el desarrollo de los procesos contra los animales a partir del siglo XIII, que fueron una consecuencia del cambio en la mirada hacia ellos: desde entonces fueron seres morales, perfectibles y capaces de comprender la diferencia entre el Bien y el Mal.
- Por eso, el oso pasó de estar dotado de todos los vicios físicos que habilitaban a destronarlo de su podio en la cultura pagana germánica, celta, eslava y escandinava a ser relacionado, hacia el año 1000, con el Diablo.
- Así, se le sumaron los vicios morales y, una vez establecida la lista de pecados capitales, se lo vinculó a cinco: la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza.
Junto con el cerdo se volvió el animal más despreciado -hecho atribuido por el autor a su proximidad (insoportable para la Iglesia) con el hombre-. ‘Fantasías de príncipes y fantasmas de damas’ abarca cuestiones heterogéneas: el sueño ursino de un noble bastardo, Juan de Berry, en que el oso es una ‘resonancia’ de la bestia medieval que encarnaba al Diablo para atormentar; el ascenso del ciervo y su caracterización como un ser de luz en detrimento del oso y del jabalí como objeto de una caza más ‘civilizada’; la nueva emblemática con el uso de divisas en las que el oso debe su presencia a un juego de palabras con el nombre del propietario o el de su tierra; la fascinación de las damas por la pilosidad, que aviva sus deseos sexuales.
El resto del capítulo discurre sobre las maneras diversas en que cobró forma la fascinación de Juan de Berry por el oso, en una época en la que constituía una excepción. ‘De la montaña al museo’ muestra cómo el oso ya no fue la estrella del bestiario moderno, ni siquiera del demoníaco. En el aquelarre tampoco solía estar presente: los hechiceros parecían preferir animales nocturnos, negros o híbridos.
Por otra parte, continuó siendo atrayente para las damas y, en algunos relatos, se tornó un enamorado que cuidaba de su amante. Pero su imagen de torpe y tonto ya no se modificó en las fábulas de La Fontaine y, de hecho, el animal es protagonista de innumerables proverbios, frases y expresiones que perduran hasta hoy en las que generalmente es descalificado o sirve como descalificativo -tal como refleja el proverbio ‘lanzar la piedra del oso’, documentado desde el siglo XV-.
Con todo, esto no impide la presencia de su imagen en los escudos de tres ciudades europeas importantes, Berna, Berlín y Madrid. Los progresos en la imprenta y en la historia natural no parecieron haber beneficiado al oso pardo, aunque sí permitieron conocer mejor al oso blanco. El pardo fue descuidado, ignorado durante los debates del siglo XIX sobre la evolución de las especies, cuando el papel destacado lo tuvo el mono.
Solamente recuperó el interés una vez ya incluido en la lista de animales en peligro de extinción. Como excepción, se oponen a esta falta de interés las indagaciones de los etnólogos, preocupados por su papel en las creencias y rituales de las culturas que estudiaban.
- La revancha del oso’, último capítulo del libro, lleva un título sugestivo.
- Luego de ser convertido en objeto de entretenimiento en las casas de fieras y zoológicos, el oso logró recuperar su lugar al lado del hombre como muñeco en el siglo XX -si bien por un tiempo, dada la extrema competencia de otros juguetes- encarnado en el Teddy Bear de Morris Michtom o en su contemporáneo alemán de Margarete Steiff.
De acuerdo con Pastoreau, esto no es más que una señal de esa unión inseparable entre el hombre y el oso, cuyas vicisitudes en el campo cultural y simbólico supo explorar a lo largo de su obra. Ésta, muy bien documentada e ilustrada, cargada de numerosos ejemplos, a veces un tanto dispersa por la abundancia y heterogeneidad de fuentes y relatos en los que se detiene, muestra la vigencia de una idea que el autor formula al comienzo y que, probablemente, constituye su mayor aporte: que la historia cultural frecuentemente se impone a la historia natural y que, en ese proceso, la tradición cristiana ha representado un papel preponderante, que hasta hoy deja sus huellas en nuestras concepciones, en nuestra manera de ver el mundo y de relacionarnos con nuestro ambiente.
¿Qué significa soñar con un oso?
3. ¿Qué significa que te visite un oso en tu casa? – Este oso, lejos de ser un agresor, bien pudiera ser la figura metafórica de una persona que te está cuidando, que quiere protegerte. En el argot popular se suele hablar de las madres protectoras como ‘mamá osas’.
- Las osas son excelentes protegiendo a sus cachorros, hasta el punto de ser toda una muestra de ferocidad.
- Tal vez estés en un momento bajo de tu vida y este oso en el sueño que te visita en tu casa represente una figura femenina que quiere darte un consuelo, que quiere mostrarte que todo estará bien.
Soñar con un oso amable puede ser la proyección de un rasgo de ti que debes emplear más en tu vida.